Crónica de una Semana en el CCG

Estoy en el punto más alto del CCG. Lo cual significa que estoy en uno de los puntos más altos de todo Cuernavaca. Desde aquí puedo ver varias de las barrancas que le dan forma a la capital morelense, así como el valle al fondo y los caminos que llevan a Tepoztlán, Temixco, Acapulco o la CDMX.

A espaldas del CCG corre la Sierra del Chichinautzin. Aunque se caracteriza por ser un bosque de coníferas, a esta altura de Cuernavaca, es un bosque de transición, entre las coníferas al norte y la selva seca al sur. Aquí podemos observar a los pinos conviviendo con acacias, jacarandas y framboyanes.

Es lunes, 8:30 am, y Enrique revisa si tiene todo lo necesario para trabajar en el laboratorio. “Lo primero es regar las plantas después del fin de semana” me cuenta. “Hay que medir la temperatura, la humedad, ver que todo esté funcionando bien”. Al menos tres de los laboratorios del CCG trabajan con plantas y Enrique y sus colegas cuidan de todas ellas en distintos invernaderos. “Llegué a este centro hace más de 30 años -dice Enrique -, antes hacía otros trabajos, pero siempre me interesó la investigación. Y estar aprendiendo nuevas cosas. Me gusta trabajar con las plantas en el invernadero, y por eso aquí sigo, sino ya me hubiera jubilado”.

Mientras Enrique riega las plantas y prepara el material con el que va a trabajar el resto de la semana, de la misma manera empiezan a llegar el resto de los trabajadores, investigadores y estudiantes al CCG.

Uno de los invernaderos del CCG.

Lorenza es una de las más recientes graduadas del Programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas (PDCB) del CCG. Los martes llega temprano para su clase de yoga, y después va a su laboratorio. “Los martes tenemos nuestro seminario de laboratorio” me explica Lorenza. Tener un seminario a la semana es una práctica normal dentro de los grupos de trabajo del CCG, “aunque en realidad tenemos varios tipos de seminarios -continúa Lorenza-. Puede ser que alguien presente los avances de su proyecto, o si alguien fue a un congreso nos tiene que explicar lo que aprendió y lo que se discutió”.

A juicio de Lorenza, sus colegas son muy propositivos, y la gran mayoría participa y aporta durante los seminarios. “A mi me gusta dar el seminario cuando estoy atorada en mis proyectos. Me gusta presentar todo lo que llevo y terminar con un ¿cómo lo ven? ¿qué piensan? Es una gran oportunidad, ya que cuento con la atención completa de todo el grupo”.

Los seminarios de Frontiers in Genomics suceden los martes por la tarde, a veces en el CCG, y a veces en el auditorio de nuestro instituto vecino, el Instituto de Biotecnología de la UNAM (IBt). “En los seminarios de Fronteras participan tres comunidades: el CCG, el IBt, y la Licenciatura en Ciencias Genómicas (LCG)” me cuenta la Dra. Yolanda, investigadora del CCG. “Suelen ser muy interesantes porque traemos investigadores que hacen ciencia de frontera, de temas muy variados”. Cada semestre se publica el calendario de los investigadores invitados, que responde a los temas e inquietudes de las tres comunidades “pero hacemos énfasis en que los estudiantes de la licenciatura tengan una participación activa y directa con los invitados” comenta Yolanda. “La genómica ya es casi indispensable dentro de la investigación en biología, por lo que, sin importar el tema de investigación del invitado -ya sea neurobiología, ecología, o evolución- en el seminario siempre podemos discutir de genómica, al mismo tiempo que aprendemos de nuevos modelos o temas”


Entrada del CCG

“Los miércoles nos reunimos para discutir artículos” me cuenta Maite, una de las nuevas alumnas del PDCB. “Aunque los temas siempre son cercanos a lo que estudiamos en el laboratorio -dice Maite-, puedes notar que cada quien tiene intereses particulares, y distintas maneras de analizar las cosas”. Algo que Maite disfruta es conocer y entender mejor cómo trabajan sus colegas: “Yo soy más del wet lab -me cuenta con guantes y pipeta en mano mientras carga un gel de agarosa– pero algunos de mis colegas sólo trabajan in silico o hace trabajo teórico con la computadora. Y me gusta saber cómo trabajan”.

A medio día varios de los trabajadores participan en una reta de voleibol que sucede dentro de las instalaciones del CCG. Todos son bienvenidos y se disfruta de un ambiente relajado y de camaradería.

Los jueves sucede otro evento que suele reunir a la mayoría de los miembros del CCG, los seminarios institucionales. “La idea de estos seminarios es fortalecer la relación entre los investigadores” comenta el director del CCG. “Están entrando nuevos investigadores, y es importante conocernos entre nosotros. Creo que hay mucho potencial para colaborar e iniciar nuevas líneas de investigación”, recordándonos que la ciencia es una actividad que se realiza en comunidad, y mientras más miradas caigan sobre un proyecto, más aristas pueden pulir, hasta hacerlo brillar por todos lados. “A mi me gusta tener seminarios dinámicos, donde podemos interrumpir e ir aclarando todas las dudas acerca de los proyectos”, concluye el director del CCG con una sonrisa.

Para los más competitivos, los jueves en las tardes se juega un torneo de básquetbol en categoría mixta, donde miembros de todas las distintas dependencias del campus Morelos de la UNAM participan. Si bien hay enfrentamientos que ya pueden ser llamados clásicos, y que se pelean con garra puma, la jornada siempre termina de manera alegre. Estas jornadas no sólo unen a los miembros del CCG, sino a colegas biotecnólogos, matemáticos y físicos de los institutos aledaños.

La mayoría de las clases a nivel posgrado se suelen programar para el viernes. Las aulas del área de docencia se llenan para cubrir temas como Análisis de datos en genómica evolutiva, Fisiología bacteriana, o Fronteras de la genómica. Los cursos son impartidos por uno o dos investigadores del CCG, aunque a veces cuentan con la participación de colegas de otro instituto, dentro o fuera del Campus Morelos.

Para cuando dan las seis de la tarde, la mayoría empieza a regresar a su casa, buscar algo que hacer en el centro de la ciudad, o -por fortuna- la oficina del Campus Morelos suele tener una propuesta cultural para distraernos un poco de la ciencia. Los eventos tienen carteleras tan variadas como conciertos de rock, jazz, ensambles vocales, danza, o teatro.

Así avanza otra semana más, y nos preparamos para la siguiente, con más discusiones, experimentos, clases, y juegos. Sabemos que la manera de seguir avanzando en todas estas facetas es juntos. Haciendo comunidad en el día a día.

Redacción: Agustín B. Ávila C.
Fotografías: Agustín B. Ávila C. y José Espíritu